Poda de árboles en áreas urbanas
Un árbol aislado, sin ningún tipo de competencia y en buen estado sanitario, no necesita ni debe ser podado; la realidad de la mayoría de los árboles que se desarrollan en áreas urbanas, es muy diferente y por diversos motivos hay que recurrir a la práctica de la poda.
La poda sin ningún lugar a dudas es una agresión al árbol, que produce heridas en el tejido de la corteza, constituyendo una puerta de entrada a diferentes patógenos. Cuando se desconoce la técnica de la poda y se realiza en forma errónea, normalmente se observa pudrición descendente desde las ramas involucradas hasta el tronco, producto de la contaminación con hongos xilófagos; este proceso irreversible lleva a la declinación prematura y muerte del ejemplar.
¿Cómo se poda?
Siempre se ha de realizar el corte en la base de la rama pero siempre por encima del cuello, es decir, unos centímetros sobre la unión con otra rama. Además, las yemas tienen que quedar a una distancia por debajo de, al menos, un centímetro del corte. La incisión deberá ser en diagonal cuando existen yemas alternas a lo largo de la rama, y recta, cuando las yemas crecen a la misma altura del tallo.
Objetivos de la poda
El mantenimiento ordinario de un árbol consiste en operaciones de poda de escasa envergadura y de carácter netamente preventivo:
– Ramas muertas, secas, dañadas, enfermas, tocones: Su eliminación disminuye los riesgos de ataque de fitopatógenos que provocan pudriciones de la madera.
– Renuevos: Brotes que nacen de las raíces, muy común por ejemplo en el caso del tilo. Su presencia produce una menor vitalidad en el árbol por incremento de destinos.
– Chupones: Son ramas que nacen con mucho vigor a expensas de alimentarse de las ramas que las sostienen y cuya dirección de crecimiento es casi perpendicular al suelo.
– Ramas mal dispuestas: Las ramas con ángulos muy débiles, mal posicionadas en la copa, que se entrecruzan, que crecen muy cerca de otras provocando con el tiempo estrangulamiento de tejidos y muerte o bien cuando son de menor diámetro al frotarse con las vecinas por el viento se laceran.
Para comprender el porqué de la poda, hay que conocer y entender previamente la morfología y la fisiología de la planta. El árbol es un todo, en el que la parte aérea y la radicular están íntimamente relacionadas; cualquier acción sobre el sistema aéreo, repercute sobre las raíces y cualquier acción sobre éstas últimas tiene incidencia sobre el follaje.
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